jueves, 28 de mayo de 2015

La ternura de Kafka y la niña llorosa.


(Praga, Checoslovaquia, 1883 - Kierling, Austria, 1924) Escritor checo en lengua alemana. Nacido en el seno de una familia de comerciantes judíos, Franz Kafka se formó en un ambiente cultural alemán, y se doctoró en derecho. Pronto empezó a interesarse por la mística y la religión judías, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo.
Su proyecto de emigrar a Palestina se vio frustrado en 1917 al padecer los primeros síntomas de tuberculosis, que sería la causante de su muerte. A pesar de la enfermedad, de la hostilidad manifiesta de su familia hacia su vocación literaria, de sus cinco tentativas matrimoniales frustradas y de su empleo de burócrata en una compañía de seguros de Praga, Franz Kafka se dedicó intensamente a la literatura.


Su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad expresa, pues ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que, a su muerte, quemara todos sus manuscritos, constituye una de las cumbres de la literatura alemana y se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del siglo XX.
El estallido de la Primera Guerra Mundial y el fracaso de un noviazgo en el que había depositado todas sus esperanzas señalaron el inicio de una etapa creativa prolífica. Entre 1913 y 1919 Franz Kafka escribió El proceso, La metamorfosis y La condena y publicó El chófer, que incorporaría más adelante a su novela América, En la colonia penitenciaria y el volumen de relatos Un médico rural

 

Franz Kafka, obsesivo, desilusionado con su trabajo en una empresa de seguros, y dominado por un profundo sentimiento existencialista fue capaz de mantener una breve, pero intensa amistad con una niña en los meses anteriores a su fallecimiento. También hay constancia, o por lo menos así lo expresaba Dora Diamant -quien fuera su último gran amor y quien le acompañara en sus últimos días- de que Kafka llegó a escribirle varias cartas a aquella misteriosa y casi legendaria niña.
Partiendo de dicha premisa, el escritor Jordi Sierra i Fabra ha escrito Kafka y la muñeca viajera, un maravilloso relato que mezcla fantasía y realidad de una manera magistral.


La acción arranca cuando Kafka, durante uno de sus paseos por el parque Steglitz de Berlín se encuentra con una desconsolada y llorosa niña llamada Elsi. Ante los requerimientos del escritor, Elsi le cuenta que está triste, porque su muñeca Brígida ha desaparecido y no sabe dónde buscarla. Ni corto ni perezoso, Kafka le cuenta que Brígida no está perdida, sino de viaje alrededor del mundo. Ante los atónitos ojos de Elsi, quien pregunta al autor que cómo lo sabe, Kafka le responde que él es un cartero de muñecas, especializado en llevar las cartas de las muñecas viajeras del mundo.
Como era de esperar, Elsi le pregunta si él podría traerle las cartas de su querida Brígida, siempre cuando la muñeca le mandara alguna, requerimiento que fue respondido de manera afirmativa por el escritor.
A partir de ese momento, Kafka dedicará las tres siguientes semanas de su vida a escribir toda una colección de cartas, relatando las andanzas de Brígida, la cual emulará las aventuras del mismísimo Phileas Fogg, paradigma viajero creado por el no menos genial literato Julio Verne.


Como no podía ser menos, Kafka invertirá todo su tiempo libre y sus cualidades literarias en escribir las más maravillosas y atractivas cartas para su pequeña amiga Elsi, demostrando una enorme sensibilidad para con la pequeña.
Son pequeñas obras maestras donde el escritor se pone en la piel de una intrépida muñeca que está inmersa en un viaje de descubrimientos continuos, al igual que su dueña, Elsi.
Al final, la pequeña Elsi descubrirá, gracias a los relatos de su intrépida muñeca escritos por Kafka muchos de los secretos de nuestro mundo, los cuales permanecen ocultos para los niños hasta que éstos llegan a ser mayores.
Kafka y la muñeca viajera entremezcla la propia vida del escritor nacido en Praga y considerado uno de los más importantes autores del pasado siglo XX, con la portentosa imaginación del escritor catalán Jordi Sierra i Fabra.
La novela pretende ser una reconstrucción de la mencionada y enigmática amistad entablada por Kafka y una niña alemana, a finales de 1923 y principios de 1924, rellenado así aquellos pasajes que habían quedado incompletos desde la muerte de Kafka y, posteriormente de Dora Diamant, las dos únicas personas al tanto de tal amistad, además de la desconocida niña.


Jordi Sierra i Fabra logra, con una prosa cuidada, medida y precisa la que, posiblemente, sea su mejor obra hasta la fecha,
Kafka y la muñeca viajera es una lectura recomendada para los más pequeños, pero, como ocurre con otras obras del autor, también es un placer para el lector adulto.
De ahí la tremenda validez de una obra como ésta, justamente galardonada con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, durante el año 2007.
 Más información aquí